Florencia en la Edad Media
Vista de la Florencia Medieval
Federico Barbaroja intentó reimpostar la ciudad-estado surgidas de la disolución de la marca toscana bajo la protecció imperial, limitando el poder de las autoridades florentinas al territorio de la ciudad dentro de la muralla y colocando hombres de los que se fiaba para que gobernasen las otras ciudades de la región.
En el siglo XII nació el ayuntamiento, fundado sobre la adquisición de poderes por parte de importantes familias de mercantes y de propieatarios de territorios. Mientras tanto, estaba naciendo otra institución que condicionó la vida política y económica de la ciudad: la institución de las corporaciones de las profesiones - las llamadas "artes".
En el ámbito de la lucha entre el papado y el Imperio, ya a partir del siglo XI se habían desarollado en Florencia las dos facciones de los Güelfos y de los Guibelinos. Los primeros apoyaban al Papa y pedían una mayor autonomía del Imperio, los segundos, en su mayor parte nobles, en cambio, apoyaban al Emperador. En el año 1250, los Güelfos habían ya conquistado Florencia y a lo largo de los decenios siguientes consiguieron imponer sus propios gobernadores también en otras ciudades de la Toscana.
Los priores, elegidos cada dos meses en representación de las siete artes mayores, gobernaban la ciudad de Florencia. Éstos formaban la señoría y residían en lo que entonces se llamaba el Palacio della Signoria y que hoy en día se conoce con el nombre de Palazzo Vecchio.
Junto con las corporaciones de las siete artes mayores, estaban también las catorce artes menores, que sin embargo no tenían derecho a la representación. La mayor parte de la población estaba constituida por trabajadores que desempeñaban las tareas más humildes y no desempeñaban ninguna función en la vida política y administrativa de la ciudad.
La lucha en el interior de la facción de los Güelfos que se encontraban en el poder con el objetivo de limitar el acceso de los nobles a los cargos políticos llevó a la escición en Güelfos Blancos reformistas y Güelfos Negros conservadores.Estos últimos prevalecieron, obligando a los miembros de la parte contraria al exilio. Un famoso representante de los Güelfos Blancos fue Dante Alighieri, que después de la derrota de su facción se fue exiliado a Ravena, donde murió.
Es probable que, ya a finales del siglo XIII, la Toscana hubiese sido la cuna de una invención revolucionaria; de hecho, parece ser que las gafas de lectura nacieron en Pisa o en Florencia.
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